viernes, 25 de febrero de 2011

Francisco de Goya

Francisco de Goya (1945-1828) es uno de los pintores más importantes de nuestro país. De ideas  liberales, hubo de morir en un auto exilio en Francia. La obra de Goya es amplia y puede ser contemplada en casi su integridad en el museo del Prado, lugar maravilloso para comprender la historia de este nuestro país. Sin lugar a dudas las salas de Velázquez y las de Goya son las que atraen la mayor atención de las visitas, sin desdecir a todos los demás pintores expuestos en esta pinacoteca. Con el cuadro de las Meninas os presenté un secreto "oculto" de cuadro. Hoy os presento este vídeo con algunas de las obras más importantes de Goya. Si hay alguna que os llame la atención, las podemos comentar.


sábado, 19 de febrero de 2011

Lázaro de Tormes

A todos ha gustado esta obra clásica de la literatura española: El Lazarillo de Tormes. En ella el adulto Lázaro cuenta sus andanzas refiriendo a un escribano su vida, al cual explica la situación por la que pasa. Después de variadas malandanzas, siendo lazarillo de un ciego y posteriormente criado de caballeros y clérigos, debe buscarse mil tretas para no quedar en ayunas. Viene tiempo después a vivir una vida regalada, gracias a un matrimonio de conveniencia para él, para su mujer, criada del señor arcipreste, y para el propio señor arcipreste. A Lázaro piden cuentas, y le requieren para que explique los motivos por los cuales acepta tal tipo de vida: y viene a contar  porqué la acepta y cómo llegó a ello. Muy posiblemente a alguien malintencionado o poderoso debe interesar la historia de la criada, el arcipreste y Lázaro. Esa es la sinopsis de la primera novela de la historia de la literatura, y que nació para el mundo en estas tierras españolas.
Espero que os gustase a todos la singular vida de éste pícaro español, llamado Lázaro, y que nació en el río Tormes.  

domingo, 6 de febrero de 2011

La sirena vanidosa, un cuento escrito por barrancas



Había una vez una sirena que se llamaba Clara. Tuvo la suerte de nacer en una familia rica, con muchísimo dinero: debido a eso no tenía que trabajar. Un día sucedió una tragedia: Sus padres se arruinaron y lo único que podían hacer para poder comer era... trabajar. La sirena se negaba a ello. Decía que una señorita como ella no debía dedicarse a algo tan bajo. Sus padres lo único que podían hacer era trabajar ellos. No sabían qué hacer con ella, que se tiraba todo el día mirándose al espejo. Porque eso sí, la sirena era bellísima; y encima, cuando pasaba a su lado, siempre los miraba con cara de desprecio y se burlaba de todos los que eran más feos que ella. En lo que creía ella equivocadamente que era la belleza y la fealdad. Los padres tuvieron una idea. Fueron a ver al Rey del mar y le pidieron que por favor bajara los humos a su hija !Porque Clara no iba a llegar a nada en su vida! El Rey del mar pensó y pensó y se le ocurrió algo. La convertiría en una sirena horrible, tan horrible que no se pudiera ni mirar al espejo. Así fue como Clara se levantó una mañana, se miró al espejo, como tenía por costumbre y... !Que sorpresa tan desagradable! ! Era fea! !Todo el mundo se reiría de ella! !Todos se burlarían! !Se vengarían tirándola tomates!... la sirena se desmayó, en lo que pensó era una terrible pesadilla. Cuando se despertó otra vez, estaba en la cama. Se levantó, ni se miró al espejo, pues pensaba que aún era fea; que había sido un castigo a su vanidad y salió a trabajar son sus padres, que la esperaban. Todo el mundo, igual que siempre, se la quedaba mirando por lo bella que era. A Clara le extrañó que no se rieran, pero siguió. Al pasar por un cristal se vio reflejada y !oh! !Continuaba siendo guapa! !Todo había sido un terrible sueño!... La sirena fue corriendo hasta donde estaban sus padres. Los abrazó y los pidió perdón; pero no solo a ellos, sino a todo los del reino y, al fin, la perdonaron, pero nunca volvió a ser vanidosa ni haragana. Había aprendido la lección.

jueves, 3 de febrero de 2011

La leyenda de Ukara, un cuento escrito por Irene




Son muchas las historias y leyendas que se han contado sobre los nativos norteamericanos que poblaban las llanuras y cazaban al bisonte, pero ninguna como la de Ukara. Fue mucho tiempo antes de que el hombre blanco les confinara. Antes de que los caballos de hierro atravesaran las naciones. Mucho tiempo antes, aún, de que el gran guerrero Caballo Loco se convirtiera en leyenda. Ukara nació cerca de las montañas rojas de los Nauyequis, donde el oso descansa y el buitre contempla; más allá aún de las estepas y de los grandes ríos. Nació en el interior de un tipi mientras su padre, un gran cazador, preparaba el maíz. El sol rojo se ocultaba tras los cañones del río, y el llanto de un niño anunció a la pradera una  nueva vida. Ukara fue un gran cazador, como lo fue su padre, honraba a los Dioses de la naturaleza y comerciaba con otras tribus; nada podría entenderse en la vida de Ukara sin Salima, su caballo. Galopaba en los días, mientras el viento azotaba su cabellera suavemente,  y hablaba con las estrellas en las noches de luna, mientras el lobo aullaba. Salima cabalgaba por las llanuras y las praderas anchas,  levantando pequeñas volutas de polvo a su paso. Eso fue mucho tiempo antes de que el hombre blanco les confinara. Antes de que los caballos de hierro atravesaran las naciones. Mucho tiempo antes, aún, de que el gran guerrero Caballo Loco se convirtiera en leyenda.

martes, 1 de febrero de 2011

La bella hada, un cuento de trancas



Había una vez una país llamado Fairitopía, donde habitaban seres extraños de todo tipo: hadas, duendes, gnomos...

Pero entre todos ellos habitaba una hada llamada Vainilla. Las hadas eran las más bellas de las especies. Su pelaje era largo, con el color de la miel. Sus ojos brillantes, como el cristal. Vestía con un vestido de flores y su olor era tan dulce como su nombre: Vainilla.

Todos los que la veían se quedaban sorprendidos, porque aparte de su belleza exterior, la tenía interior. Cada vez que alguien tenía un problemas ella acudía amablemente a ayudarlos en todo lo que podía.
Pero un día ocurrió una terrible desgracia. Unos gnomos malvados la encerraron en un lugar donde solo había maldad. Ella quería la paz, su mundo...

Pero ellos querían solo la Guerra, la Guerra, la Guerra. Querían que ella se convirtiera en uno de ellos: así lo habían hecho con otros seres que deseaban la paz. Pero con Vainilla aquello no valía... de pronto, se le ocurrió una idea fantástica. Fingiría que ella se convertiría en uno de ellos y así salvar a los que también querían la paz. Aparte de salvarse a ella misma, claro está. Y así fingió serlo: los gnomos la creyeron.

Ésta fue salvando a cada criatura que iban capturando los gnomos, hasta que un día éstos se dieron cuenta de que faltaban muchas criaturas. Fueron en busca de la hada Vainilla, que era quien se encargaba de vigilar a los capturados, para preguntarla que si sabía algo de éstos. Pero ella se lo negó. Por segunda vez la creyeron...

Así fue haciendo una larga temporada hasta que los gnomos se cansaron de capturar a todas esas criaturas que deseaban la paz, porque poco a poco se les fue pegando la amistad, el cariño, la paz, la amistad...
Y se convirtieron en unas criaturas tan bellas.

Dejaron salir a todas ellas, incluida a vainilla. Construyeron ese lugar en bellísimos paisajes de verdes campos, donde brillaba un arcoíris, lleno de multitud de colores...

Vainilla y compañía se pusieron muy contentos por lo que hicieron los gnomos, tanto que organizaron una fiesta. Pero no solo para sus amigos sino para los que reinaban la paz.

Y así dicho sabréis por qué este cuento se titula: la bella hada.