MIS RELATOS FAVORITOS II

(Entre esta entrada y la anterior se encuentran los cinco relatos seleccionados)

Relato nº 3

LOS NIÑOS ASUSTADOS, por Iniesta.

(Un relato misterioso con sorpresa)

   Lo último que escuchamos aquella noche fueron tres golpes en la puerta; era un borracho que quería entrar en casa. Apenas pudimos verle la cara. Intentó subir con una escalera y entrar por la chimenea, pero sopló un fuerte viento y lo tiró de la escalera. Fue tal el golpe que se dio que antes de poder ir a alguien a ayudarle salió corriendo.

    Como a las dos horas se volvieron a escuchar unos golpes. Estábamos muy asustados ¿Sería el borracho otra vez? Nos daba un miedo terrible.

     Así toda la noche.

     Al llegar el día nos dimos cuenta que era una rama que golpeaba la puerta; fue el viento que la rompió y el borracho creemos que fue un gato que corría detrás de otro. Todo se quedó en un susto y en una aventura.

Relato nº 4

LA PESADILLA, por Lechuza.

(Un relato psicológico)

Lo último que escuchamos aquella noche fueron tres golpes en la puerta. Nadie sabía quién era. Todos estábamos muy asustados. Ninguno se atrevía a abrir la puerta. Era de noche. Estaba todo en silencio, pero se oían los pasos de alguien. Teníamos mucho miedo. Intentamos dormirnos, pero no pudimos. Estábamos muy asustados. No sabíamos que hacer. Se oían ruidos en la escalera y las puertas se movían. Estábamos solos en casa. Intentamos llamar a alguien pero nadie nos contestaba. Después se quedó todo en silencio y nos dormimos. Cuando desperté habías sido una pesadilla horrible. ¡Qué miedo había pasado!

Relato nº 5

PESADILLA EN UNA NOCHE DE VERANO, por Corazón.

(Un relato sobre miedos infantiles)

Lo último que escuchamos aquella noche de verano fueron tres golpes en la puerta de atrás. Aquella noche había luna llena. Cuando nos dirigíamos hacia allí escuchando pisadas nos asustamos mucho. Subimos las escaleras para avisar a mis padres pero cuando me acordé que habían salido a cenar nos entró más miedo todavía. Salimos corriendo a mi habitación, cerramos la puerta, pero no tenía cerrojo. Nos escondimos en el armario y, de pronto, sonó al teléfono pero ¡A ver quién salía! Pasaría una hora, pero seguíamos escondidos allí muertos de miedo. Cuando de repente, oímos abrir la puerta de abajo y sentimos que alguien subía. Pero lo peor fue cuando oímos que el manillar de mi habitación sonaba y que alguien iba a entrar. Cuando encendieron la luz estábamos a puntos de gritar. Oí que mi madre me llamaba. Salímos corriendo del armario, llorando y nos abrazamos a ella. Le contamos lo que había pasado y nos dijo que habían vuelto porque no habíamos cogido el teléfono.

Moraleja: El miedo te hace sentir y oír lo que no existe.